Injusticia Indefinida.

No sé bien qué carajo hacer de mi vida, eso no es nuevo, no.
Lo dificil es no saber a quién hecharle la culpa.
Opc. 1: A mi trabajo. No sé. Si, me cansa. Pero cada vez que pienso en buscar otro recuerdo el desgaste de ese proceso, recuerdo los nervios de entrevistas, recuerdo las frustraciones, y recuerdo que a este puedo llegar tarde y poner las patas en el escritorio. No dá cambiar.
Opc. 2: A la facultad. No. Ya estoy terminando. Me queda 1 mes clavado de cursada. No dá.
Opc. 3: A mi familia. Si. Siempre le hecho la culpa. Pero de todos los años que lo hice, nunca saqué algo demasiado bueno.
Opc. 4: A mi terapeuta. Si. Es buen punto. Hace 1 mes que no tiene tiempo para atenderme.
OPc. 5: A mi pareja. No. Hecharle la culpa a él, es hecharmela a mi en definitiva. Y no dá.
Opc. 6: A mi. No. Es muy complicado. Y tengo que pensar. Y no quiero pensar.

Si quisiera pensar, no estaría buscando culpas afuera.

Injusticia Invernal.

Resulta que hoy me cagué de frío.
No es ninguna novedad, lo sé. El penetrante e incómodo viento entró por las mangas de mis pantalones y por el fin de mi nuca durante todo el viaje desde Berazategui hasta Correo Central cerca de las 22:00. He sufrido.
Pero peor aún fue esperar en Paseo Colón la cucaracha roja putrefacta con olor a descomposición química y natural, perteneciente a la empresa SOMA (Sociedad Macri), es decir el 140. Obvio que dolió pagar $1.20 para viajar unas pocas cuadras y encima luego tener que desinfectarme con alcohol en gel todas mis extremidades.

Sé que mañana no me va a ir mejor, me tomo esa misma asquerosidad en la misma parada que hoy me bajé para ir al laburo y tipo 18:25 voy a estar bajándome de FFCC en Retiro para ir a la facu.

Agenda:
Comprar más alcohol en gel y toallitas desodorantes !

Injusticia del reconocimiento.

Sin presiones ni desencantos, recomiendo este blog para los amantes del cine, la música y las cosas varias de la vida.

http://imfreakalot.blogspot.com/


Agenda:
No sé si EL AUTOR merece esta publicidad.

Injusticia Cumpleañera.

A la mayoría de las personas parece gustarles festejar el aniversario del natalicio. Yo lo detesto.


No me gusta festejar mi cumpleaños y tampoco me gusta asistir al de los otros.

De los 24 años que ya pasé en mi vida, no recuerdo uno que no haya llorado. Por los invitados, por los regalos, por lo horrible de la torta, porque no se quieren ir, porque no traen vino, porque llegan demasiado temprano, porque se invitan solos, porque me cantan el cumpleaños feliz a los gritos, porque me piden hielos, servilletas, pilas para las cámaras, que corra a la gata del medio porque les da alergia o un vaso de agua fría. ¿Agua fría? Vacié la heladera para poder llenarla de cervezas; ¿Y me venís a pedir agua? Ridículo.

Odio que la gente se siente en mi mesa a comer como desaforados sin levantar la cabeza ni siquiera para pedirte un vaso. Odio que me pregunten cuantas cucharadas de limón le puse al guacamole mientras estoy hablando con una amiga que no veo hace años. Odio que quieran cortar la torta a las 21:30 porque el novio de tal se tiene que ir. Odio que frases gritonas como; “pediiii deseooosss”, “que seeaannn 3”, “las velas nos se apagan, vas a tener un montón de novios este año”, “feeelizzz cuuumpleeeee” Es todo patético. Aburrido y de mal gusto.

Odio que cuando te dan un regalo digan “es una pavada” o “lo podés cambiar”. Obvio que es una pavada u horrible. El 90% de los regalos que recibí en mi vida los tuve que cambiar, regalar, donar o los dejé pudriéndose en el fondo del placard. Si de verdad querés hacer un regalo al agasajado, lo mejor es que lo compres con el corazón, que indefectiblemente se pueda cambiar en el mismo local o que sea dinero. Ese es el único regalo de verdad.


En los cumpleaños ajenos sufro mucho más.

Odio saludar con un beso a las 30 personas que llegaron antes que yo. Al entrar todos te miran con la trompa extendida suplicando un saludo afectuoso. Lo detesto. Y más aún odio a las mentes arcaicas que suponen que yo soy una amargada porque no quiera pasar mi cachete por caras desconocidas esquivando piernas, brazos, copas, cigarrillos, niños y perros pulgosos que andan por ahí.

Odio los objetos descartables que usan como “vajilla momentánea” para las fiestas. Si querés invitar a 50 personas a tu cumpleaños, bancate después lavar mínimo 50 platos de postre, 50 copas, 100 cubiertos, 50 servilletas de tela, buenos manteles. No existe la posibilidad que yo tome un vino medianamente bueno en un baso de plástico transparente o que me sirvan la torta –que dicho sea de paso, el que la corta siempre la manosea cuando se cae un pedazo del merengue- en una servilleta de papel, o peor aún en un rollo de cocina. No hay nada más absurdo.

Odio los hombres con delirios de DJ. ¿Por qué supone que un tema de Joan Manuel Serrat queda bien después de uno de Alcides? ¿Por qué creen que después de las 12 ya pueden mezclar un tema de Cindy Lauper con otro de Vilma Palma y nos va a gustar? Al cabo del desarrollo de la fiesta, escucha tantas quejas que termina cortando los temas y cambiando improvisadamente de un Pink Floyd remixzado a Ilarilarie de Xuxa.

Estos chicos siempre pierden el sentido de la coherencia antes de entrar a la fiesta.

Injusticia Mentirosa.

Otra vez mentí. Si, perdón. No puedo evitarlo.
Es muy fácil para mí. Él me lo hace fácil.

Me odio por mentirosa y manipuladora.

Injusticia del sufrimiento.

Agenda: Frase para decirle la próxima vez que lo vea.


Ni te gastes, mi vida ya está arruinada.

Injusticia Inquilina.

Hay muchas cosas que odio.
Me ponen mal. Me deprimen.
Me cae mal la gente que me quiere hablar a la mañana. Sea en la parada del bondi o en el trabajo. Yo a la mañana no hablo.
Me angustia escuchar a mi vecina del 3º 13, con C5N al mango. Escuchando las estúpidas banalidades facistas que pasan en ese canal.
Me pone de mal humor perder el tren para ir a la facultad, que la gente me empuje en el bondi, los colados en las colas del super, los taxistas sabelotodos, los mocosos que van al jardín de infante.

Pero lo que más detesto en el mundo. Más. Más. Son las cadenas de mails. Ya sea con la imagen de jesús o para salvar a una niñita de Zambia; los odio.
Las cadenas de mails sin filtro, las envian personas que tienen menos personalidad que un trapo de piso. Aquellos que "tienen un tiempito" y le envian a toooda la lista un mail con fotos de una planta de plástico, un paisaje trucado y con una música tan berreta como la de las tarjetas electrónicas boom en las navidades noventosas.
Los que mandan Cadenas sin filtro te pueden mandar cualquier cosa desde un "Enviá este mail a todos tus contactos y ganate un viaje a Kuala Lumpur", o "Ganate ya 10 mensajes de texto si le mandas esto a tus contactos" o "Mira que lindo lo que aparece si reenvias esto a tus contactos -De verdad funciona -aseguran los nefastos".

Los que mandan estas cosas; son el mismo tipo de gente va al kiosco y, sin querer, gastan $53.25 en estupideces que nunca consumiran. Que sus hijos le perdieron todo tipo de respecto. Que sus compañeros de trabajo los quieren "por lástima". Que son buenazos pero bastante pelotudos también. Son personas que quieren que siempre se les recuerde con una sonrisa en la cara y por eso mandan estos mails; porque no tiene idea como decir Te Quiero a alguien que quieren, si no es por medio de un mail con corazones y bizarra música en decadencia. Por que no se animan. Por que son inseguros.
El mail cadena es la forma de decir; Acá estoy. Pero no lo suficiente como para que cuentes conmigo si me necesitas.


Con respecto a la profesiones es dificil determinar cuales NO respeto. Creo que, ciertamente, todas tiene algo noble. Por encima de mi top five se encuentra el panadero, sin dudas. Ídolo de ídolos.
Pero tengo algo muy raro con las maestras jardineras. Quizás porque les cuesta separar el trabajo de su vida personal, las maestras jardineras siempre serán mogólicas. Son las primas estúpidas de los profesores de educación física. Las hermanas infantiles de los docentes de música de primaria.
Las maestras jardineras no tienen nada que perder. Ni nada que ganar. Estarán 10 años en un mismo puesto, sonando narices de pendejos ajenos. Gritando para que se calmen. Lidiando con piojos y juegos pelotudos toda su vida. Luego tendrán sus propios hijos que mandaran al mismo jardín de infantes y también le limpiaran los mocos con el mismo desprecio que a los otros pendejos. Patético.
Lentas, apacibles, aburridas y gritonas. Admito que son buenas artesanas de elementos como la goma eva y las plasticolas de colores, pero esto no las redime.


Las relaciones sociales son difíciles de afrontar. Mas que nada cuando nos volvemos adultos. Padre-Hijos. Jefe-Empleado. Profesor-Alumno.
Casi todas me caen mal. Y en casi todas me siento incómoda. Pero la que mas aborrezco es, sin duda, la relación Locador-Locatario.
La relación entre dueño e inquilino es asquerosamente espantosa. Es boba. Es demandante. Tiene muchos deberes y pocos derechos. Es tensa, a veces. Es relajada otras tantas. Es lineal y demasiado jurídica par a mi gusto. Me hace sentir mal. Me descompone y un poco me divierte.


Si juntamos los mails en cadena que terminan con la imagen de jesús con una maetra jardinera y la relación dueño-inquilino; nos encontramos con Mxxxx Axxxxxx Txxxxx -la dueña de mi dpto-.
La bestia pop más patética, embolante y dependiente que conocí, y la que más me entretiene.

Injusticia Movistar II.

Tal como aseguré, continuo con mi relato sobre las penurias que me hace pasar la empresa que un día contraté para mi servicio telefónico.

Luego de muchas idas, vueltas, reclamos, charlas, desquites, enojos, mails y mensajes divertidamente quejosos en la pag web de la empresa, encontré una página -que todavía no sé si recomendar o no- llamada dereclamos.com.
Dado que tenía un textito armado y un discurso bien estudiado me hice usuaria y dejé mi reclamo a la espera de sonrisas por parte de los usuarios y algunas maldiciones de personas que se podían solidarizar con mi causa.

A la pocas horas me llegó un mail de una simpática representante de la empresa que con el paso de los días, aparentemente, me solucionó el conflicto y además me ¿regaló? una bonificación para los próximos dos meses.
Feliz por ser una buena consumidora y pelear por mis derechos, le conté a mis nuevos compañeros de teatro, a amigos y familia que la página en cuestión era un gran hallazgo. La recomendé e incentivé a todo el mundo para que se queje como corresponde.

Cuando llegó mi factura del mes de Abril de Movistar -casualmente el día de mi cumpleaños- el instinto asesino me salió por lo poros impetuosamente. La boleta no solo no tenía un carajo de bonificación sino que había unos largos y grandes números que no quería que me pertenezcan.
Como tenía invitados a cenar. Guardé la factura bien guardada y me retiré a cortar queso gruyere e inflar globos cromados.

El domingo a la noche no pude evitar las ansias de abrir nuevamente el sobrecito y leer lo que decía el hijodeputa Movistar. Chequee que los números erróneos sigan ahí y la mañana siguiente escribí un mail a la Srita que días atrás se había puesto en contacto conmigo.

Hoy me desayuno con la respuesta a mi correo. Su primer línea era la siguiente:

"En su línea luego de nuestra negociación -acaso no le quedó claro que era una súplica, mas que una negociación-, han solicitado el cambio de plan al: "Ahorro Comunidad Familiar." -¿ Quien lo puede haber hecho si yo soy la única y total usuaria de dicha línea?-
Claro que mas abajo se excusaba por el error y volvía a decirme que debía abonar solo $25.00 este mes por la supuesta bonificación.

Con mi furia en el cerebro y las manos sedientas de textualizar la ira le contesté el mail rogando que dé de baja ese plan (¿Hola? ¿No te das cuenta que no me interesa llamar a nadie de mi familia gratis porque nadie tiene el mismo código de área que yo?) urgentemente dado que bajo ningún concepto podía pagar $65 por mes en telefonía celular.
Agradeciendo la nueva-vieja bonificación, me despedí.

¿Me sigue tomando el pelo? ¿La empresa? ¿Sus representantes? ¿La concha de su hermana?
No quiero, ni necesito ninguno de sus estúpidos planes. ¿Aún no se dieron cuenta que quiero la puta bonificación solo para que cuando se me termine, sacar la línea y poner tarjeta prepaga?

Injusticia Natal.

Hoy cumplo años. 24.

Eso ya es injusticia suficiente como para que me pueda quejar.

Injusticia Fóbica.

Que se yo.
Es dificil ponerse en el lugar omnipresente y juzgar y dejar ser juzgado, pero hay cosas que ya no se pueden tolerar.
Hay actos que no se pueden dejar de repudiar. No quiero sonar progre, no quiero sonar zurda. Mucho menos de derecha. No me interesa. Hace años que no voto y ningún partido me identifica pero, y esto es lo que quiero aclarar, no es una cuestión política.
No señoras y señores. No es una cuestión de moda -te lo advierto, Ona Saez-. No es un snobbismo actual.
Es algo que nos tiene que importar. AHORA. SIEMPRE.

Ya lo había pensado hacía unas semanas, pero verlo visto en la Tv detonó en mi un instinto asesino importante.
Cuando al otro día llegué a trabajar y abrí el Facebook, me encontré -una vez que lo busqué- con una millonada de "grupos" a favor de la matanza de negros, cumbieros, villeros, bolitas, chorritos, cumbiancha y bla bla bla. No uno. No dos. Muchos. Muchos. Muchos.

Empecé a leer en los muros de los distintos "grupos" y gente como Tincho Perez Campos o Martinita Laraicochea decian cosas como hay que matarlos, escuchan cumbia, son todos negros. O peor aún Federico Bolatti Peñalba ha escrito "no se discrimina un color.. se discrimina una clase social.. " - Creyéndose el filósofo del grupo. Lamentablemente luego tuvo algunos seguidores que alentaban su lastimoso y mediocre pensamiento.

Ilustrando estos dichos se encontraban fotos de personas REALES. No personajes, no caricaturas, no nada. Fotos de personas como vos, como yo, como ellos -los negros, off course- pero no como ellos -los del grupo, off course-.

Como la furia me emanaba por los poros, no tuve más opción que poner manos a la obra y hacer justicia por mano propia.
Me metí en la página del INADI, recorté muy prolijamente su "logito". Adopté algunos terminos pertinentes y utilizando mis mejores palabras diplomáticas redacté un texto corto pero efectivo.
Decidí no amenzar a los "administradores" de dichos grupos, sino directamente intimidarlos.

Les dije que la denuncia por discriminación ya estaba en proceso y que se podían meter en www.inadi.gov.ar para chequar el informe. A cada uno le otorgué un maravilloso y verosimil nº de trámite y les dije que prontamente les llegaría la denuncia judicial.

Como la mayoría de los regentes de estos grupos de la red social popular, son apenas niños que no saben lo que significa DDHH, racismo o xenofobia; al cabo de unas horas se desvincularon del grupo o simplemente cerraron sus espacios.

Que lindo es sentirse útil !

Injusticia Adolescente.

5:27 AM.
Mi hermana entra a nuestro departamento en puntas de pié y susurrando.
El ¿festejo? de San Patricio se ha hecho extenso, parece.

Mi Hermana -que es una desubicada innata con un poquito de cordura cada tanto- y La Bocona- voz de sapo en celo, buzón parlante y desalineado- de la Amiga comen algo en la cocina mientras los susurros suben de decibeles. Suben. Y suben. Van al baño, se rien, se miran en el espejo, tiran un colchón al suelo, se encierran en la pieza, gritos femeninos mezcla de risa y llanto, secretos, mentiras y verdades.

Yo no soporto más, aunque intenté taparme con un almohadón, cantar para adentro, concentrarme en otra cosa, pensar en nada y en todo; no puedo dejar de escuchar las estupideces de adolescentes descarriladas que chillan desde el otro dormitorio.
Me acerco a la puerta y con voz ronca y de mal humor grito algo como:
¿Pueden bajar la voz? - y la muy des-acertada de mi hermana contesta: No.
Hago odios sordos y me vuelvo a la cama, acaricio a la gata y me miento con un "ya pasará".

Intento analizarme y pensar porque me vuelven loca estas cosas, porque me repugna tanto la boca parlante, escandalosa y hueca de la amiguita. Pero no hay caso. Me mata.
Por momentos logro dormitar, pero algún murmullo imbécil me vuelve a despertar. La voz de sapo en celo comienza a fumar, el humo traspasa las rendijas de la puerta y entra a mi habitación invadiendo cuerpo, alma y sábanas.

Pienso en ir a decirles que llamé al 911 y que llegará la ley y el orden en cualquier momento con una orden por "ruidos molestos".
Pienso en tirar la puerta abajo de la habitación de mi hermana y decirle que no tiene códigos, que no valora mi esfuerzo de trabajo y estudio diario -ayer mismo rendí un final en mi facultad-
Pienso en decirle al buzón parlante que no la soporto. Que es una mal educada, desubicada e inconsciente.

Pero mientras pienso, pienso y pienso... la puerta de la habitación de mi hermana se abre y la bocona dice algo como: "Gooorda, te saco aguaa y una` galle` -la letra S no existe en su acotado diccionario-".

(¿El agua que compré yo esa misma tarde? ¿Las "galles" que pagué con mi sueldo dos días atrás?) Si, efectivamente.

Corrí a la gata suavemente y, enfurecida, me levanté de la cama.

Injusticia Monetaria.

Lo de "la plata va y viene" yo no me lo fumo.

Hace un tiempo se lo escuché decir a un grupito de jóvenes -hombres- que aseguraban que el dinero no es un bien que constituye sus prioridades básica.
Fahhhh ! Callate !
Todos los integrantes de ese grupito viven con sus padres - y ya están grandecitos- y todo lo que involucra su vida social, facultativa, nocturna, amorosa, alcoholica, motora, indumentaria y etc. etc. etc. es solventada por sus progenitores.
Así cualquiera.
Yo también podría decir "la plata va y viene" si estaría parada en sus zapatos.

Injusticia Movistar.

Me acaba de llamar una representante de Movistar para "venderme una promo".

Como estoy super descontenta con el servicio que presta la empresa (suba de tarifas sin aviso apropiado, faltante de facturas -me mudé, llamé para cambiar la dirección de entrega, me dijeron que el titular debía dejar un mensaje, el titular de la cuenta dejó un mensaje, me dijeron que el trámite ya estaba en marcha, la factura nunca llegó, me cortaron el servicio, pagué en un RapiPago con el número de teléfono, llamé para avisar que NO me cobren en cargo por reconexión, la representante me trató como el orto y me dijo que igualmente me lo van a cobrar- atención negligente, apática y con desidia, y recargo por reconexión involuntaria).

Amablemente le expliqué a la representante que no quería que me venda nada, pues la tarifa había subido de $35 a $45 a $51.. y bla bla bla.
A lo cual la representante me dijo "aguarde en línea, por favor".
Y aguardé.
Aguardé.
Aguardé.

23 minutos, aguardé.
Hasta que Movistar, por decantación, me cortó.
Enfurencida, entré a Movistar.com/online he hice una serie de reclamos insólitos en todos los espacios en donde podía esplayarme detalladamente para contar lo que me había sucedido. Amencé, además, en cortar el servicio sino me atienden como corresponde.
Además, dejé un mensaje en el *611 explicando lo sucedido hasta que, otra vez, Movistar me cortó.

¿Sabe Movistar el tipo de representantes que tiene? ¿Y el tipo de clientes?

Continuará...

Injusticia Mia.

Cuando me estoy por indisponer -cosa que sucederá de acá a 2 horas - emito sonidos guturales muy extraños.
Como Fer, mi jefe, ya me conoce. Me dijo que -por su propia salud mental- mañana no venga a trabajar.

¿No es lo más?

Injusticia Ajena.

Estamos llenos de pecados capitales urbanos.
Los idiotas que caminan bajo los techos con paragüas un día de lluvia.
Los colectiveros que dejan a ancianas pseudo discapacitadas a 1.20 mts del cordón de la vereda.
Los pendejos de 5 años que corretean en cines, bancos, salas de espera de hospitales, y los -peor aún- imbéciles de los padres que no los detienen.
Los enfermos que se desviven por mirar un culo, unas piernas, un rostro bonito y gritan aullan y silban para "celebrar" la pasada de la fémina.
Las viejas ventajeras que se aproximan lentamente al colectivo cuando está llegando, para acaparar primero el escalón de subida.

Pero el peor pecado jamás cometido es el de aquellos hombres dementes y mujeres aburridas que transgreden por ineptos, inadaptados, individualistas y desparejos sociales que quieren ¿sorprender? ¿llamar la atención? ¿despertar interés? e incomodar al pasajero y compañero de asiento, vagón, colectivo, tren y subte entero son aquellos que deciden escuchar música en su celular con un parlante. Si, sin auriculares. Un parlante.

¿Acaso piensan que están haciendo un favor a la comunidad? ¿Qué los hace sospechar que quiero escuchar las babosas letras de los temas que dicen todo el tiempo cosas como "Ven mami, ven, que te la quiero dar toda" - " mueve tu culo, mucho, mucho, así te veo, mueve tu culo" - " me gusta tu tanguita, esa coloradita, que linda, que linda te queda en la colita" - "Fuimos con lo´pibe´ y nos tomamos un tetra, depue´ te vi pasar ay ella, ay ella"?

Señores, no me gustan sus temas.
Ni siquiera un sábado a la noche con mis amigas bailando divertidas.
No. No.