Injusticia Ajena.

Estamos llenos de pecados capitales urbanos.
Los idiotas que caminan bajo los techos con paragüas un día de lluvia.
Los colectiveros que dejan a ancianas pseudo discapacitadas a 1.20 mts del cordón de la vereda.
Los pendejos de 5 años que corretean en cines, bancos, salas de espera de hospitales, y los -peor aún- imbéciles de los padres que no los detienen.
Los enfermos que se desviven por mirar un culo, unas piernas, un rostro bonito y gritan aullan y silban para "celebrar" la pasada de la fémina.
Las viejas ventajeras que se aproximan lentamente al colectivo cuando está llegando, para acaparar primero el escalón de subida.

Pero el peor pecado jamás cometido es el de aquellos hombres dementes y mujeres aburridas que transgreden por ineptos, inadaptados, individualistas y desparejos sociales que quieren ¿sorprender? ¿llamar la atención? ¿despertar interés? e incomodar al pasajero y compañero de asiento, vagón, colectivo, tren y subte entero son aquellos que deciden escuchar música en su celular con un parlante. Si, sin auriculares. Un parlante.

¿Acaso piensan que están haciendo un favor a la comunidad? ¿Qué los hace sospechar que quiero escuchar las babosas letras de los temas que dicen todo el tiempo cosas como "Ven mami, ven, que te la quiero dar toda" - " mueve tu culo, mucho, mucho, así te veo, mueve tu culo" - " me gusta tu tanguita, esa coloradita, que linda, que linda te queda en la colita" - "Fuimos con lo´pibe´ y nos tomamos un tetra, depue´ te vi pasar ay ella, ay ella"?

Señores, no me gustan sus temas.
Ni siquiera un sábado a la noche con mis amigas bailando divertidas.
No. No.